Las personas en general, tendemos a pensar, (en cuanto a enfermedad y/o discapacidad se refiere), únicamente en la persona que la padece, en lo mal que lo estará pasando…
Pero, ¿cuántas de esas veces nos paramos a pensar en su entorno más cercano? ¿Cómo llevarán dicha situación? ¿Tendrán las habilidades y fuerza necesaria para poder afrontarla?
Es cierto que el hecho de tener que aceptar padecer una enfermedad es un proceso duro y complejo para la persona que la sufre.
Este proceso conlleva el desarrollo de ciertas actitudes, pensamientos y sentimientos normales (aunque a veces pueden llegar a ser disfuncionales) dentro del proceso de adaptación, que también afectan a familiares, amigos y resto del entorno cercano.
Por supuesto, la mayoría de estas personas piensan también en cómo afectará esto a las vidas de la gente de su alrededor y a la suya propia, siendo un aspecto negativo cuando la valoración de ese pensamiento es también negativa.
Tabla de contenidos
A modo de ejemplo:
Pensemos en una persona con un trastorno de dolor crónico, una persona a la que el dolor le envuelve diferentes partes de su cuerpo con bastante frecuencia y con dura intensidad.
Aunque la persona intente sufrir en silencio para evitar el sufrimiento de su alrededor, su entorno observa y comprueba en primera persona como esa enfermedad supera a su ser querido.
¿Y qué le ocurre entonces a la persona que observa todo desde fuera, ya sea familiar, amigo o tenga otro grado de parentesco?
Pues ocurre que comienza a manifestar pensamientos, sentimientos y conductas, para poder hacer frente a la nueva situación.
El no saber cómo poder ayudar, el tener que adaptarse a esa situación, y el intentar hacer que la persona que padece la enfermedad tenga el apoyo y el mejor bienestar posible (entre otros pensamientos) son los nuevos principios de su vida, a veces, incluso llegando a olvidarse de sus propios cuidados y necesidades.
Ellos/as son los cuidadores principales de personas con algún tipo de enfermedad o discapacidad limitante y a veces como consecuencia, también enferman.
¿Por qué muchos cuidadores/as llegan incluso a enfermar?
Tanto los pensamientos, sentimientos y conductas de la persona enferma, como los de su cuidador/es principales, van creando poco a poco un círculo vicioso alrededor de la enfermedad y del entorno de la persona afectada.
En ocasiones puede ser positivo, produciendo mayor apego, compasión, comportamientos de ayuda…
Pero en otras muchas, se convierte en negativo, produciendo indefensión, estados depresivos, malestar, pérdida de apoyos, estrés, cansancio emocional… afectando así a ambas partes o a alguna de ellas.
¿Has oído hablar del Síndrome del cuidador quemado? Este síndrome puede ser un ejemplo de las consecuencias negativas para los cuidadores/as más importantes.
¿Cuál es el objetivo de esta lectura?
Puede que te estés preguntado cuál es el objetivo de esta lectura.
Y para mí, el objetivo es hacer consciente a todas las personas, de que los cuidadores/as, familiares y entorno cercano de las personas con algún tipo de enfermedad o discapacidad, necesitan también apoyo, cuidados y recursos para que puedan tener el mayor bienestar posible.
Pero lo más importante no es que el resto de personas tengamos conciencia de ello, sino que vosotros/as cuidadores/as, familiares y amigos/as, tengáis presente la importancia de vuestra labor, que seáis capaces de aceptar que también necesitáis tiempo personal y de ocio, privacidad, apoyo social y profesional (si fuera necesario).
Y, lo más difícil, que os permitáis recibir ayuda por parte de otras personas, porque entre todos los recursos existentes podemos lograr un buen círculo de apoyo para poder así superar y afrontar todos los obstáculos que a lo largo de la vida aparecen y aparecerán.
Dato científico
Diferentes estudios avalan que la percepción subjetiva de apoyo social lleva a un mayor bienestar y satisfacción personal.
Dejémonos ayudar y ser ayudados. Dejemos atrás las ideas absolutistas de “Puedo con todo” “No necesito que nadie me ayude” “Superaré esto aunque me cueste la vida”
Cambiemos estos pensamientos por otros más adaptativos como “Pediré ayuda si la necesito” “Soy fuerte pero necesito un apoyo” “Necesito un descanso para poder seguir”
El mayor espectáculo, es una persona esforzada luchando contra la adversidad, pero hay otro aún más grande: ver a otra persona lanzarse en su ayuda (Oliver Goldsmith)
Deja un comentario