Tabla de contenidos
Conociendo el ALTRUISMO
En estos tiempos que corren y en pleno siglo XXI es de suma importancia el tener claro nuestros valores y principios, y el saber transmitirlos de generación en generación para poder llegar a un mundo mejor. Uno de los principales y el cual tenemos que tener presente todos los días de nuestras vidas, es el de AYUDAR a los demás. Ayudándonos los unos a los otros podemos conseguir grandes cosas.
El hecho de no conformarnos con lo que tenemos, el no mirar tan sólo por nosotros mismos, las ganas de querer ayudar e intentar buscar el cómo… nos puede llevar a dar el paso hacia este tipo de conductas tan gratificantes sin apenas darnos cuenta.
Ahora con la llegada de los refugiados a diferentes países, la gran cantidad de desahucios, las familias sin trabajo y con pocos recursos que tienen que mantener a sus familias, todo ello y entre otras circunstancias, me llevan a abordar el tema de hoy: el ALTRUISMO.
¿Qué es el altruismo?
Creo que todos contestaríamos que ésto significa ayudar a otras personas de forma voluntaria. Y así es, pero ¿qué lo diferencia de las conductas prosociales?
Una conducta PROSOCIAL es un concepto amplio, donde se incluye toda aquella acción que tiene la intención clara de beneficiar a otras personas con plena libertad de elección.
Ejemplo: Recoger comida para entregar a una ONG (estás realizando una conducta para ayudar a un gran nº de personas que lo necesitan sin obtener nada a cambio, simplemente porque quieres hacerlo)
Dentro de estas conductas prosociales, aparecen las conductas ALTRUISTAS, cuyo objetivo es el beneficio de una persona, de forma voluntaria y con ausencia de anticipación de beneficios.
Ejemplo: hacer compañía a una persona mayor por las mañanas sin recompensa por ello, simplemente porque no quieres que esa persona se encuentre sola la mayor parte del día.
Sólo el motivo constituye el mérito de las acciones, y el desinterés les de la perfección. (Jean de la Bruyere)
Pero, ¿Qué nos lleva a realizar este tipo de acciones?
Desde diferentes estudios en psicología podemos encontrar varios factores que influyen a la hora de realizar este tipo de conductas, todos y cada uno de ellos muy interesantes y que seguro no os dejan indiferentes.
En un nivel más biológico: podemos destacar que en ocasiones ayudamos cuando creemos que si cooperamos entre nosotros nos beneficiaremos mutuamente:
- Yo ayudo a una persona, tu ayudas a otra y al final todos nos ayudamos entre nosotros.
Otras veces, nos decidimos a ayudar por reciprocidad:
- Yo te ayudo porque espero ser ayudado en otra situación.
Teniendo en cuenta un nivel más afectivo: Podemos decir que actuaremos por EMPATÍA o específicamente por la respuesta afectivo-cognitiva que siento al ver el estado de otra persona, es decir, como ponerse en el lugar del otro y sentir lo que esa otra persona siente.
Por otro lado y a nivel más cognitivo: Decidimos realizar conductas de ayuda regidos por las normas sociales que nos dicen cuando debemos ayudar.
A su vez y en muchas otras ocasiones, cuando el cálculo de coste-beneficio sale rentable para la persona que realiza la conducta. Esto a priori puede resultar un tanto mal sonante, pero lo que éste calculo viene a decir es:
- Ayudaré más probablemente cuando me sienta mejor por ayudar que por no hacer nada, o cuando reciba algún tipo de recompensa por ayudar que cuando no.
Como podéis ver, a veces ayudamos pero no de forma prosocial, ya que las conductas de ayuda no siempre son en ausencia de anticipación de beneficios. En el momento que buscamos algún tipo de recompensa ya sea personal, profesional, monetaria, etc. Dejaríamos de hablar de una conducta altruista por sí misma. De todos modos, hay diversas opiniones e incongruencias respecto a esto, únicamente lo menciono para que reflexionéis y saquéis vuestras propias conclusiones.
¿Por qué a veces NO ayudamos?
Ya hemos hablado de que nos lleva a realizar conductas de ayuda, pero se han visto casos de violencia, accidentes, u otras situaciones en los que hay mucha gente alrededor pero donde nadie hace nada.
A veces ocurre que se disminuye la probabilidad de ayudar a alguien conforme va aumentando el número de personas encontradas en esa situación. Esto es el llamado “Efecto del espectador”. Éste efecto lleva consigo la difusión de la responsabilidad:
- Asumimos que otra persona ayudará con lo cuál los demás no hacemos nada.
La ignorancia pluralista, ésta tiene que ver con la influencia social:
- Si los demás no hacen nada es porque eso es lo correcto.
Y el miedo al ridículo.
Otro aspecto que da lugar a la falta de ayuda podría ser la ambigüedad de la situación, ya que no sé a ciencia cierta si realmente la persona necesita ayuda o no, en ese momento.
Y por la atribución de la responsabilidad, a veces podemos pensar que la persona tiene la culpa de que le haya pasado una situación negativa por diversos motivos: (apariencia, estereotipos, prejuicios etc), con lo cual tendemos a pensar:
- “Es responsable de ello, que se las apañe sola/o”
Otras veces el hecho de no conocer a la persona o NO verlo SIMILAR a nosotros nos lleva a pensar que no tenemos porque ayudar.
¿Todo el mundo QUIERE ser ayudado?
Es relevante destacar que cuando realizamos conductas prosociales o altruistas hay que estar realmente seguros de que la persona o personas necesitan y desean nuestra ayuda. Hay personas a las que les cuesta más que a otras, y otras muchas prefieren no ser ayudadas porque les supone un descenso de su autoestima.
La AUTOESTIMA es delicada, con lo que hay que tener cuidado y observar y preguntar antes de actuar. Las personas con alta autoestima generalmente son reacias a pedir ayuda y mucho más a recibirla, ello no quiere decir que no la necesiten y que podamos demostrarle nuestro apoyo mediante diferentes estrategias que eviten los sentimientos de inferioridad que esa acción de pedir y recibir ayuda les supone.
Por si aún tenéis dudas, os dejo estos vídeos representativos de esta temática y los cuáles a mi personalmente me han marcado y me han llevado a la reflexión.
Recógete a ti mismo cuando puedas, busca a quienes puedan hacerte mejor, y recibe también a quienes puedas tú mejorar
(Séneca)
Y vosotros, ¿os consideráis personas altruistas?
Deja un comentario