El temor a la enfermedad es relativamente frecuente en la población general. Pero el problema surge verdaderamente cuando este temor es en exceso y constante, e interfiere en tu vida cotidiana. Si esto es así, puede que sufras “Hipocondría” Un problema que suele ser crónico y que se da en porcentajes similares tanto en hombres como en mujeres.
Dentro de la rama de la psicología clínica, la mayoría de las personas con hipocondría son clasificadas dentro de los trastornos SOMÁTICOS. ¿Qué son estos trastornos? Son aquellos en los que aparecen uno o más síntomas corporales que causan gran malestar en la persona que los padece y en su vida diaria y que se dan junto a niveles altos de ansiedad y pensamientos desproporcionados sobre los síntomas que presenta.
Sin embargo, será más apropiado incluir la hipocondría dentro de los trastornos de ANSIEDAD POR ENFERMEDAD, una nueva categoría incorporada ya en el actual DSM-V (manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales).
Tabla de contenidos
¿QUÉ ES EXACTAMENTE LA HIPOCONDRÍA?
Dentro de los síntomas principales de la hipocondría podemos encontrar:
- La preocupación excesiva por padecer o contraer una enfermedad grave.
- Elevado nivel de ansiedad respecto a la salud, además se alarma fácilmente ante cualquier cosa que tenga relación con las enfermedades. Por ejemplo, al oír que alguien se ha puesto enfermo o al leer una noticia sobre historias relacionadas con la salud.
- Tiene comportamientos recurrentes y con elevada periocidad, como la comprobación repetida, por si en su cuerpo hay signos de enfermedad. Por otro lado, pueden presentar evitación de determinadas situaciones que para la persona pueden suponer un riesgo para su salud.
Además, no existen síntomas corporales y si aparecen éstos son leves. Si existe otra afección médica o un riesgo elevado por antecedentes familiares, la preocupación es claramente excesiva o desproporcionada.
¿Cómo afecta la hipocondría a las personas que la padecen?
El alto nivel de preocupación y de ansiedad ocupa un lugar destacado en la vida cotidiana de la persona, afectando a la misma, ya que entre otras cosas será el tema frecuente del discurso social, lo que puede llevar a pérdidas en relaciones sociales, frustración,tensiones,etc. Esto se debe también a que suelen buscar consuelo en su familia, amigos, médicos… Además, se suelen examinar varias veces e investigan demasiado sobre su sospecha de enfermedad (Internet), cosa que mantiene el problema.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que en algunos casos, y ésto es menos conocido, que en una persona hipocondríaca también puede ocurrir todo lo contrario, y es que se eviten de forma desadaptativa determinadas situaciones como visitar enfermos, hacer ejercicio o ir al hospital, por miedo a poner en peligro su salud, lo que afectará también significativamente a su vida diaria.
¿ Y en relación al ámbito sanitario?
Es frecuente la búsqueda de atención médica en relación a los síntomas físicos que estas personas sienten que padecen y para los cuales la mayoría de veces , no se encuentra una explicación.
- Los intentos
del médico de tranquilizar y paliar los síntomas generalmente no alivian la preocupación que se tiene, incluso puede llegar a incrementarse.
- Las personas hipocondríacas generalmente se sienten insatisfechas con su atención médica y suelen tener la sensación de que no están siendo tomadas en serio. Hay que tener cuidado porque a veces la misma frustración del médico/a ante este tipo de situaciones puede llevar a la falta de diagnóstico de un problema existente.
La hipocondría ha sido estudiada desde diferentes enfoques dentro del campo de la psicología clínica
Para las terapias de conducta, la hipocondría se concibe como un problema de ansiedad fóbica encontrando estímulos internos como desencadenantes, por ejemplo, las sensaciones corporales, que llevan a realizar una determinada acción, como la evitación como reductora de la ansiedad a corto plazo (buscar información sobre la posible enfermedad).
- Dentro de ésta se tiene en cuenta el reforzamiento que a veces se les da de forma transversal a estas personas. El hecho de ir al centro médico y la realización de pruebas puede servir (en ocasiones) por sí mismo de reforzador o incluso el apoyo de las personas de su entorno, pueden servir como factores mantenedores de dicho problema.
Dentro de las terapias cognitivas sería similar al trastorno de pánico (aunque son muy diferentes), en que en ambas hay una percepción de amenaza para la salud.
- Los síntomas físicos provocados por la activación emocional pueden en sí mismos ser interpretados como nuevos signos de enfermedad. Por ejemplo: estoy muy nervioso y me empieza a doler mucho la cabeza y el estómago. Una persona con este problema percibe realmente que esos dolores que siente son causados por una enfermedad en sí y no por el nerviosismo que está teniendo y que es la causa en sí misma de ese tipo de dolor, en ese momento específico.
- Por otro lado, la hipervigilancia da lugar a la amplificación de sensaciones corporales, aumentando los pensamientos perturbadores en relación a la enfermedad.
Con todo esto, espero hayáis podido aprender un poquito más sobre la hipocondría. Es importante decir que es un problema REAL y que es recomendable que sea tratado por un profesional para poder mejorar la calidad de vida de las personas que la sufren.
Como recomendación final os dejo el título de un libro en el que se cuenta en primera persona cómo es la vida de un hipocondríaco:
Me temo lo peor: Diario y confesiones de un hipocondríaco (Manuel Hidalgo)
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